Un lugar de trabajo limpio y ordenado tiene el beneficio de reducir el estrés, al ser un ambiente más agradable para trabajar. También te permite aumentar tu productividad si consigues eliminar los distractores.

Un escritorio ordenado facilita la ejecución de tareas debido ya que al minimizar el ruido que tengas en tu alrededor, lograrás concentrarte mejor en una tarea específica.

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1. Siempre sacar lo que no necesitas

El paso que nunca puedes omitir al ordenar cualquier espacio es depurar. Todo lo que no necesitas y ya no tenga un propósito, deshazte de el, esto implica revisar papeles viejos, bolígrafos sin tinta y demás material que consideres sin utilidad en tu escritorio.

2. Organizadores

Archivadores, cajas, carpetas, portalápices, y todo aquel organizador que puedas usar para guardar papeles, libros, cuadernos, papelería, entre otros.

No omitas los cajones de tu escritorio, ya que aquí puedes ordenarlos con las cosas que más utilices frecuentemente.

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3. Limpia la superficie

Si acostumbras a comer en tu escritorio, al finalizar pasa un paño para levantar boronas o recoger algún líquido. De esta manera evitas accidentes de estropear un documento importante.

Procura una vez a la semana levantar el polvo o suciedad por el uso constante.

4. Al iniciar y terminar tu día

Si al iniciar tu jornada laboral o de estudio cada cosa está en su lugar, tu trabajo fluirá, por lo tanto, al final del día ordena tu escritorio para que al día siguiente tengas un espacio agradable para trabajar o estudiar.