El kintsugi o kintsukuroi es una técnica japonesa que consiste en reparar cerámica. Todo surgió a finales siglo XV, cuando el gobernante Ashikaga Yoshimasa mandó a reparar dos tazas de té a China. Cuando estas regresaron, no le agradó mucho su aspecto y tampoco cumplían con su función, así que ordenó a sus artesanos japoneses encontrar la manera de reparar sus tazas de té. Los artesanos descubrieron la manera de volver a unir todas las piezas con un barniz que incluía polvo de oro, de tal forma que el aspecto de cada taza tenía una belleza singular y resultaron ser más duraderas.
Es así como nació este arte japonés de reparación para aquellas piezas que dabas por perdidas, pero que al darles una segunda oportunidad, resultan ser piezas únicas y funcionales.
Inspiración para crear
El artista conceptual Sarkis Zabunyan se inspiró en el arte japones del Kintsugi y creó una vaijlla “L’Art de la Table Kintsugi” para la firma de porcelanas francesas Bernardaud. De esta manera representa fielmente este concepto de ver la belleza de objetos rotos que han sido reparados.
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¿Cómo puedes aplicar Kintsugi en tu hogar?
Este arte no se reserva únicamente para objetos de cerámica, ni tampoco implica estrictamente que tengas que reparar cada cosa con aquel toque dorado; se trata de no desechar las cosas que se han ido desgastando con el tiempo, o que por accidente se han roto. La esencia es encontrar la manera de repararlas y volver a darles utilidad.
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Belleza en las antigüedades
Sea un mueble o un pequeño objeto decorativo, las antigüedades no son algo que se deberían desechar. En realidad para el diseño y la decoración son elementos que dan el toque de personalidad y carácter a cualquier espacio. Con el Kintsugi basta con darles algo de amor y cuidados para que estén en buen estado y darles un nuevo uso en tu casa.
Por ejemplo, si alguna silla en tu casa se ve desgastada puedes volver a pintarla o tapizarla de acuerdo con el estilo que más te guste…
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Todo se transforma
Es cierto que hay objetos que dejan de cumplir su función y llegues a creer que la única solución es deshacerte de ellos, pero antes de hacerlo, piensa nuevamente en las segundas oportunidades. Tal vez tu mesa de noche puedas restaurarla y transformarla en un lugar de descanso para tu perro o gato.
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Perfecto.me encanto esa opinión que me ayuda a soportar mis ideas y se que existe y no como me decían que traía naka suerte